EN VILLAVA/ATARRABIA, INAUGURADO EL «MURO DE LA VIDA»

Ayuntamiento y AFFNA-36 inauguran este espacio el día que se cumplen 88 años del asesinato de 16 vecinos de la villa.

Monumento para recordar a los 20 asesinados en la Guerra Civil.

El acto organizado por el Ayuntamiento de la localidad ha contado con la presencia de familiares, vecinos y vecinas, representantes del Instituto Navarro de la Memoria, concejales-as y activistas de la memoria. Las aberturas, que simbolizan a las 20 víctimas, han sido rellenadas con plantas y flores, que representan el esperanzador mensaje de que la vida siempre se abre paso.

En el mismo han intervenido Mikel Oteiza, alcalde del municipio, Jokin Úriz, familiar de fusilados y Eneko Arteta en representación de AFFNA-36.

Eneko, en su exposición, ha manifestado también que AFFNA-36 celebra la retirada de una lápida colocada hace unos años por el Ayuntamiento que mezclaba nombres de estas víctimas con los de vecinos (requetés la mayoría) muertos en el frente de batalla y cuya continuidad, veníamos denunciando, ya que atentaba la reparación moral y la memoria histórica de los fusilados. No se puede equiparar a todos los muertos a consecuencia de un golpe de Estado contra un gobierno democrático. El «todos fueron víctimas» es un intento burdo por blanquear. Es la impunidad y la desmemoria.

Asimismo, aplaudimos la retirada de la inscripción “Villava a sus mártires” del panteón de muertos en el frente.

Ha reivindicado el derribo del monumento a los Caídos. Las razones, el significado original, la intención que se manifestó para su creación, el objetivo, es el mismo que se tuvo en su momento para colocar, por ejemplo, la inscripción felizmente retirada en el panteón del cementerio. Dos medios, edificio, lápida… Dos modos de exaltar, de monumentalizar los valores de los vencedores, la dominación ideológica, la violencia y la humillación. Dos espacios, a las que solo diferencia el tamaño.

Este MURO DE LA VIDA, este pequeño monumento contendrá desde Villava/Atarrabia la negra sombra de ese gran y lúgubre edificio hasta su desaparición definitiva, hasta su derribo.

Intervención de AFFNA-36 en el acto (texto íntegro)

Hoy 26 de noviembre se cumple el 88º aniversario del asesinato de 16 jóvenes villaveses en las tapias del cementerio de Ripa (Valle de Odieta) o en sus inmediaciones. Durante los últimos años, a pesar incluso de la pandemia, con la colaboración del Ayuntamiento de la localidad, hemos venido celebrando en el interior del cementerio el acto de homenaje a todos los villaveses represaliados y asesinados tras el golpe de estado de 1936.

Ya en los primeros días del levantamiento militar fueron fusilados varios vecinos en los campos de Berriozar y detenidos otros que permanecían en la cárcel de Pamplona. La mayoría de ellos eran obreros afiliados a la UGT y trabajaban en Papelera Española, más tarde Onena.

Por otro lado, numerosos requetés locales de todas las edades, participaron en la insurrección alistándose en los tercios y partiendo a los frentes. A finales de noviembre, habían caído 12 jóvenes voluntarios de la localidad. Coincidiendo con la llegada de sus féretros a Villava se organizaban multitudinarias manifestaciones de duelo. Algunos vecinos, excitados por las alocuciones del capellán de los Dominicos, pedían la vida de los villaveses encarcelados. La junta Local de guerra integrada por destacados carlistas, dio vía libre a la saca del 26 de noviembre. Esa noche, un camión condujo a Ripa a un grupo de villaveses. Entre estos se encontraba Miguel Labat, alguacil del Ayuntamiento. Sabedor de donde era conducido, se abalanzó en el momento de subir al camión con la intención de despedirse de su hija Margarita también presa. Allí mismo le dieron muerte. Su cuerpo cargado en el camión, acompaño a sus vecinos hasta Ripa.

Las investigaciones, las prospecciones realizadas y los intentos llevados a cabo por sus familiares para localizar sus restos y darles una sepultura digna, no han dado un resultado positivo hasta la fecha, tanto en Berriozar, como en Ripa.

Familiares de estos villaveses y AFFNA-36, volvemos a pedir la colaboración necesaria para lograr dar con el paradero de nuestros antepasados desaparecidos. Cualquier aportación en forma de testimonio, datos o documentación será bienvenida.

Reivindicamos el apoyo y la implicación institucional a las labores de localización y exhumación de los cuerpos hoy todavía tirados, hoy todavía perdidos.

Y hablando de implicación institucional, hoy estamos aquí, inaugurando este MURO DE LA VIDA, propuesta de espacio monumental realizado por el Ayuntamiento de Villava en recuerdo y homenaje a los 20 villaveses asesinados. Para que esté presente en el paisaje urbano, la tragedia vivida en el pueblo y no se olvide. Para que las generaciones futuras conozcan su pasado y aprendan de un hecho que no puede volver a repetirse. Nunca mas y para nadie aquellos horrores.

En años pasados, este acto lo realizábamos en el interior del cementerio junto a una lápida en la que con la inscripción “En recuerdo a los fallecidos en una guerra que nunca debió haber tenido lugar”, mencionaba en un “totum rebolotum”, nombres de estas víctimas con los de vecinos (requetés la mayoría) muertos en el frente de batalla. En este acto celebramos también la retirada de esta lápida colocada hace unos años por el Ayuntamiento y cuya continuidad, veníamos denunciando, ya que atentaba la reparación moral y la memoria histórica de los fusilados. No se puede equiparar a todos los muertos a consecuencia de un golpe de Estado contra un gobierno democrático. El «todos fueron víctimas» es un intento burdo por blanquear. Es la impunidad y la desmemoria.

Asimismo, aplaudimos la retirada de la inscripción “Villava a sus mártires” del panteón de muertos en el frente. Como dice la Ley de Memoria Histórica de Navarra del 2013, en lo referente a la la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura Asimismo la Ley de memoria democrática del 2022, que en su artículo 35 indica de manera cristalina que “Se consideran elementos contrarios a la memoria democrática las edificaciones, construcciones, escudos, insignias, placas y cualesquiera otros elementos u objetos adosados a edificios públicos o situados en la vía pública en los que se realicen menciones conmemorativas en exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar y de la Dictadura”

Pero el gran monumento conmemorativo, de exaltación de la victoria de los vencedores, de humillación permanente a los vencidos, de afrenta perpetua a las víctimas, invocando la eternidad de su razón, ahí sigue, en pie.

Es el edificio denominado Navarra a sus muertos en la cruzada conocido como “Monumento a los Caídos”, o escuetamente “los caídos”. Las razones, el significado original, la intención que se manifestó para su creación, el objetivo,  el mismo que se tuvo en su momento para colocar, por ejemplo, la inscripción felizmente retirada en el panteón. Dos medios, edificio, lápida… Dos modos de exaltar, de monumentalizar los valores de los vencedores, la dominación ideológica, la violencia y la humillación. Dos espacios, a las que solo diferencia el tamaño.

Cualquier intento de su “resignificación” es incompatible con la propia esencia de ese edificio, que es la exaltación material y simbólica del fascismo. Y las leyes como las señaladas anteriormente, se cumplen o no se cumplen.

Este MURO DE LA VIDA, este pequeño monumento contendrá desde Villava/Atarrabia la negra sombra de ese gran y lúgubre edificio hasta su desaparición definitiva, hasta su derribo.

Los veinte homenajeados:

Cruz Ameztoy Ecay;

Fermín Bubea Cenoz;

Ángel Javier Esparza Goldáraz;

Silvestre Esparza Goldáraz;

Luis Gregorio Esparza Portillo;

Vitorio Francisco Esparza Portillo;

Julio Garisa Elcarte;

Teodoro Garisa Elcarte;

Lino Goñi Loperena;

Eusebio Igarabide Ostiz;

Saturnino Induráin Llorente;

Maximino Iroz Arriola;

Miguel Labat Velasco;

Benito Mercapide Longás;

Esteban Muñoz Oset;

Blas Noáin Izura;

Felipe Nuin Esain;

Benigno Pérez de Nanclares Martínez;

Joaquín Ruiz Martínez;

Cecilio Villanueva Izura.

Álbum fotográfico.

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